Características de liderazgo para desarrollar


El liderazgo no se trata solo de ser un gerente o un jefe. Ser líder se trata de tener las habilidades, las cualidades y los atributos para inspirar y movilizar a otras personas a fin de llevar a cabo una idea o un proyecto.

Es importante desarrollar destrezas de liderazgo, siendo tanto un estudiante como un empleado en un puesto inicial o un ejecutivo sénior en ascenso por la escalera profesional. La capacidad de asumir responsabilidades y motivar el logro de objetivos es un diferenciador clave en cualquier momento de su carrera.

Por lo tanto, aunque se encuentre en el comienzo de su vida profesional, es importante comenzar a demostrar liderazgo lo antes posible. Puede ser muy beneficioso demostrar a su jefe o a sus superiores que tiene la iniciativa, el empuje, el poder de permanencia y la visión para asumir más responsabilidades o incluso calificar para un ascenso.

Dicho esto, un verdadero líder no solo busca desarrollar sus habilidades para obtener recompensas. Se sentirá decepcionado cuando no se cumplan las expectativas.  El verdadero liderazgo se basa en la autenticidad, la integridad y un conjunto de competencias básicas que contribuyen al éxito en todas las áreas de la vida, desde la gestión y la investigación, hasta la simple realización de tareas cotidianas y la forma en que maneja su vida privada.

Ser capaz de demostrar cualidades de liderazgo requiere un sólido conjunto de habilidades que se deben dominar y que deben estar integradas en su personalidad. A continuación las puede ver desglosadas, junto a una breve explicación. A medida que avanza en su día a día, busque oportunidades para desarrollar todas estas destrezas y trabajar activamente para mejorar sus habilidades.

20 cualidades de liderazgo para desarrollar

Capacidad para resolver problemas. Los líderes son expertos en resolver problemas: identificar el desafío, desglosarlo en sus partes constituyentes y diseñar los procesos y los enfoques que conduzcan a una solución viable.

Tener una mentalidad abierta. Parte de la resolución eficaz de problemas es estar abierto a probar nuevas ideas, nuevos enfoques, nuevos ángulos, más allá de dónde provengan. Saber que no se sabe todo es un atributo de liderazgo clave y abre la posibilidad de obtener información útil y soluciones de una amplia gama de fuentes, influencias y culturas.

Capacidad para inspirar. El manejo de los aportes de otras personas no necesariamente tiene que ser manifiesto u oficial; no es requisito contar con un distintivo de gerente para liderar a los integrantes de su equipo de trabajo. Los líderes son aquellas personas que inspiran y motivan a otras, a través de diversos medios, para que dirijan sus esfuerzos en una misma dirección a fin de lograr un objetivo.

Intuición. Los buenos líderes confían en su instinto. Aprenden de la experiencia, así como también de escuchar a los demás y dejarse guiar por sus pares, que —a su vez— los inspiran a ellos.

Mentalidad innovadora. Ver las cosas desde un ángulo diferente. Probar nuevas ideas. Estar abierto a los comentarios y sugerencias de diversas fuentes. Experimentar. Fallar e intentarlo nuevamente. Estas cualidades creativas son fundamentales para un buen liderazgo.

Mentalidad positiva. Mantener un enfoque positivo y aprender a no dejarse frenar por lo negativo son cualidades que tienen fuertes repercusiones en los equipos de trabajo y las personas. En un ambiente de trabajo, es muy fácil quedar atrapado en la negatividad, que puede volverse tóxica muy rápidamente. Los buenos líderes saben cómo evitar caer en esta trampa y mantenerse enfocados en los objetivos y las tareas rendidoras.

Confianza. Creer en uno mismo, sabiendo que no se puede saber todo, pero tener la actitud correcta y la mente abierta para encontrar soluciones.  Además de aceptar la diversidad de pensamiento y aprender de la experiencia. Trabajar para lograr resultados positivos: todo esto genera una confianza interna que llega e inspira a otras personas.

Excelentes habilidades de comunicación. Parte de ser un buen líder consiste en saber compartir y articular lo que piensa, necesita o desea lograr. Es fundamental desarrollar habilidades de comunicación sólidas para que otras personas puedan comprender y aceptar su visión o idea.

Capacidad para delegar. Es imposible hacer todo uno mismo. Y la mayoría de las personas odian que las microcontrolen en su trabajo. Aprender a delegar y a reconocer las fortalezas de otras personas es una aptitud central para el liderazgo, que ayuda a inspirarlas y motivarlas, así como a aprovechar diversas habilidades.

Confiabilidad. La transparencia es clave. Además de contar con excelentes habilidades de comunicación, debe demostrar a los demás que tiene integridad y que pueden confiar en que usted cumplirá sus compromisos. Usted es el tipo de persona que habla con franqueza y claridad. Además de ser confiable en que no les quitará el mérito a quienes trabajan junto a usted.

Determinación. Tiene una idea clara de lo que desea, de cómo llegar allí y de cómo superar los obstáculos que pueda encontrar en el camino.

Inteligencia emocional. La inteligencia emocional es la capacidad interpersonal para formar a otras personas o trabajar con ellas, en equipos o de forma individual. Se toma el tiempo para comprender a los demás y desarrollar las habilidades para conectarse con ellos.

Perseverancia. No se da por vencido fácilmente. No importa cuán difícil sea un trabajo o cuánto tiempo le lleve lograrlo, usted tiene la mirada puesta en el premio. Poder resistir y continuar, a pesar de los obstáculos, es un indicador clave del liderazgo.

Confiabilidad. Respeta un cronograma, es puntual, cumple con lo que se compromete a cumplir. Otras personas saben que pueden confiar en usted.

Desarrollo de relaciones. Se toma el tiempo y se esfuerza por ver las fortalezas (y debilidades) de otras personas. A medida que desarrolla las relaciones interpersonales, desarrolle estas fortalezas para generar sinergias y hacer las cosas de manera más eficiente.

Capacidad para pensar estratégicamente. Comprende para qué hace las cosas. Comprende la necesidad detrás de la tarea y cómo encaja dentro de un objetivo general. Piensa en la mejor manera de utilizar los recursos para alcanzar su objetivo. Puede establecer conexiones entre las diferentes etapas de un plan.

Capacidad para organizarse. Desde la administración del tiempo hasta la planificación y la generación de informes, la buena organización garantiza que todo se lleve a cabo dentro del tiempo asignado.

Meticulosidad. "Bastante bien" no es suficiente para usted. Presta atención al más mínimo detalle. Usted es un pensador integral, minucioso y particular en cómo se enfoca en las metas.

Humildad. Los buenos líderes son aquellos que tienen la humildad para escuchar a los demás, reconocerlos y recompensarlos y, al hacerlo, inspirarlos y motivarlos a trabajar juntos en torno a una visión compartida.

Autenticidad. Es más fácil de lo que cree detectar a una persona falsa o propensa a los "chismes". Los verdaderos líderes son genuinos. Creen en lo que hacen y dicen. Su encanto es genuino.

Tómese un momento para reflexionar: ¿cuántos de estos atributos, según usted, son innatos a su personalidad? ¿Y en cuántos tiene que trabajar para desarrollarlos? El liderazgo, como todas las demás habilidades, es algo que se puede perfeccionar, desarrollar y mejorar activamente con el tiempo.